La comunicación siempre ha sido la principal fuente de desarrollo de todas las culturas y los Incas descubrieron el poder de estar informados para poder conquistar y extender sus dominios. En una época en la que conocer las noticias de lugares alejados tomaba días o meses, los Incas desarrollaron sistemas de comunicación que incluían largos caminos y el recorrido de emisarios que llevaban y traían las novedades: los chasquis.
Sin embargo, en el siglo XXI la comunicación había evolucionado de manera vertiginosa y nuestro amigo Inca Sumec pronto descubriría que ya no necesitaba esperar la llegada de los chasquis para saber qué ocurría en otros lugares.
El tiempo transcurría e Inca Sumec no se cansaba de admirar todo lo que veía a su alrededor. Al iniciar su viaje hacia nuestra era, sabía que encontraría una realidad diferente pero lo que había aprendido con el paso de los días había superado todas sus expectativas. Definitivamente todo había evolucionado y estaba decidido a adaptarse a este nuevo estilo de vida.
Había pasado días mirando al infinito, meditando sobre lo que estaba viviendo, hasta que el ruido de la calle que se colaba por la ventana del pequeño cuarto que ocupada en el centro de la ciudad, lo sacó de sus reflexiones. Ya estaba aquí, en el Siglo XXI. Había sido privilegiado con un viaje en el tiempo y no estaba dispuesto a perder la oportunidad de conocerlo todo.
De un salto, se levantó de su letargo, tomó la vieja alforja de piel de alpaca que había logrado traer desde la época del incanato y salió a la calle con la firme convicción de saber qué necesitaba para parecerse lo más posible a los hombres del Siglo XXI.
Era fácil percibir las diferencias entre el Cuzco del Incanato y la ciudad que ahora era su nuevo hogar. Inca Sumec miraba a la gente ir y venir, siempre corriendo de un lado para otro... pero entonces se percató de un detalle trascendental: hombres y mujeres, adultos y jóvenes llevaban consigo un aparato del cual se podía escuchar voces y que captaba la atención de quien lo llevaba. Era un objeto pequeño, con unos botones con letras y números que tenía en la parte superior una pantalla. Nuestro viajero en el tiempo había descubierto los teléfonos celulares.
Inca Sumec intentó tomar nota de cuántas personas llevaban un teléfono móvil consigo pero desistió de ello al notar que todos tenían uno. Al observarlos un poco más de cerca, notó que unos eran más grandes que otros, pero todos tenían un modelo que sacaban presurosos cuando sonaban. Las personas reían o conversaban muy serias a través de dicho aparato y por ello nuestro amigo decidió conseguir uno.
Al llegar al local donde le dijeron que podía adquirir uno, se encontró con estantes repletos de celulares, con funciones que jamás hubiera imaginado, desde escuchar música hasta tomar fotografías.
El temor se apoderó de él y cuando estaba a punto de salir huyendo de aquel lugar, un joven de aspecto jovial se le acercó y le explicó las bondades de cada uno de los aparatos que se presentaban frente a él. Inca Sumec preguntó todo lo que pudo: ¿para qué se usaban? ¿cómo funcionaban? ¿eran mágicos? ¿se podría llamar al Cusco? ¿qué debía hacer para tener uno consigo?
Pasaron las horas y luego que el vendedor absolvió todas sus dudas, Inca Sumec se decidió por adquirir un modelo prepago. Escogió un teléfono con una cámara de fotos simple y de un brillante color. Feliz enrumbó con todos los implementos adicionales que le entregaron y con la llamativa caja donde guardó el equipo para analizarlo con calma en el hogar.
Al llegar, Inca Sumec puso en su mesa la caja y sacó el equipo celular como si fuera una vasija ceremonial. Leyó con cuidado el manual que explicaba el funcionamiento y operatividad del teléfono y grande fue su sorpresa cuando intentó encenderlo... pero no obtuvo resultado alguno. Revisó nuevamente el manual, conectó el cargador, pulsó el botón de encendido... y nada. La batería debería estar cargada pero nada parecía funcionar.
Tomó sus cosas y nuevamente acudió a la tienda. Furioso ingresó al establecimiento y buscó al vendedor que le habría entregado el aparato... No lo encontró y otro muchacho le indicó que en ese establecimiento no se aceptaban cambios ni devoluciones. La frustración se apoderó de Inca Sumec y pensó que tanto esfuerzo por conseguir el celular había sido en vano.
Desesperado al no saber a dónde acudir para poder quejarse, decidió preguntar a una señora algo mayor que caminaba por ahí. "¡Hijito, anda al OSIPTEL!, ellos ven esos temas. Anda y quéjate." La respuesta le brindó una esperanza. Preguntó y preguntó hasta llegar a un local del ente regulador de las telecomunicaciones.Indignado al recordar la cara del vendedor que le dijo que no podía quejarse, Inca Sumec se entrevistó con una amable señorita quien lo escuchó atentamente. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando, al finalizar su relato, le dijeron que no podían ayudarlo. Varias maldiciones ancestrales pasaron por su mente cuando la orientadora le entregó un pequeño papel que decía: INDECOPI. Era eso, el OSIPTEL no podía ayudarlo pero el INDECOPI sí.
Calmado y reconfortado por la noticia, escuchó atentamente cuando su nueva amiga le hablaba sobre las funciones y competencias de cada entidad. Inca Sumec jamás hubiera imaginado que existían dos autoridades que lo podían defender frente a los problemas con un teléfono. Aprendió que mientras el OSIPTEL supervisaba las tarifas y el servicio del celular, el INDECOPI lo podría ayudar con los defectos en el equipo.
Animado por esta luz de esperanza, Inca Sumec decidió enrumbar al INDECOPI.
(Esta historia continuará...)
Y tú, ¿sabes cuales son las competencias del OSIPTEL en materia del servicio de telecomunicaciones? ¿Conoces en qué tipo de problemas puede intervenir el INDECOPI respecto del servicio de telefonía celular?
Calmado y reconfortado por la noticia, escuchó atentamente cuando su nueva amiga le hablaba sobre las funciones y competencias de cada entidad. Inca Sumec jamás hubiera imaginado que existían dos autoridades que lo podían defender frente a los problemas con un teléfono. Aprendió que mientras el OSIPTEL supervisaba las tarifas y el servicio del celular, el INDECOPI lo podría ayudar con los defectos en el equipo.
Animado por esta luz de esperanza, Inca Sumec decidió enrumbar al INDECOPI.
(Esta historia continuará...)
Y tú, ¿sabes cuales son las competencias del OSIPTEL en materia del servicio de telecomunicaciones? ¿Conoces en qué tipo de problemas puede intervenir el INDECOPI respecto del servicio de telefonía celular?
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